Repostería y estilismo culinario. Hoy voy a hablar y reflexionar contigo sobre…

Seguro que has oído hablar de Food Design. En la tele, en revistas o en las redes sociales no se habla de otra cosa que la relación que hay entre comida y decoración.
¿Pero efectivamente, qué es el Food Design?
El Food Design es la ciencia que transforma en arte una necesidad, la de comer.

La “alta cocina” ha transformado en arte la presentación de los alimentos, que pasan de ser una simple y primitiva necesidad a convertirse en una gran experiencia sensorial.
Hoy es posible disfrutar de grandes platos que nos sorprenden con sus texturas, sus colores, aroma y sabores, en un preludio compuesto con delicadeza y elegancia para satisfacer el puro placer de llevarlos a la mesa.
Mostrar la comida en un plato puede transformar una buena pitanza en una obra de arte.

Ya te he hablado de experiencia sensorial, es decir, el comer con los cinco sentidos, un viaje-experiencia entre sabor, olfato, tacto, vista y oído. Y es que, en el Food Design, la vista juega un rol fundamental.
Si estás aquí es porqué el tema te interesa así que si quieres profundizar sobre experiencia sensorial te dejo el enlace, La Gastronomía sensorial.
Pero antes te voy a hablar de la repercusión del Food Design.
Gastronomía y Food Design.
Es importante entender que la gastronomía es el arte de preparar comida.
El Food Design es la ciencia que aplica a la gastronomía estrategias y metodologías pluridisciplinares unidas a sólidas bases conceptuales.
Una conexión entre diseño y alimentación que abarca numerosas disciplinas como cocina, biología, diseño, arquitectura, psicología, química… y que hace que la gastronomía sea una experiencia completa y con un valor añadido.
El Food Design es como un diálogo entre alimento y pensamiento de diseño, donde la comida se adapta a las formas de vida contemporáneas.

A través de esta combinación se investiga, se define, se piensa, se explora y se prototipa y al final se come y se disfruta. Llegando a ofrecer al consumidor una experiencia racional y al mismo tiempo emocionalmente única.
La estética en el Food Design.
La importancia de la estética en el sector alimentario es una tendencia en creciente aumento que influye con los gustos de los consumidores en la inspiración de los diseñadores, para los cuales el alimento es el vehículo expresivo en el cual visualizar sus ideas. Por otro lado, estamos asistiendo a que las nuevas tecnologías y las técnicas culinarias más sofisticadas están abriendo nuestra percepción de la comida determinando nuevas propensiones y modas donde, con siempre más fuerzas, se despiertan interrogantes acerca de cómo nuestra responsabilidad social y medioambiental transformarán la experiencia culinaria del mañana.

La estética depende de lo que buscan los consumidores y de lo que los diseñadores, en este caso los food designers, pueden ofrecer. Se crea una interconexión entre el plato, el creador y el foodie. Un viaje a través de los cinco sentidos, que va más allá de la propia gastronomía.
Todo esto me parece muy interesante, el cómo nuestros hábitos de consumo alimenticio pueden llegar a ayudar a mejorar las experiencias de los comensales.
Pero también hay que decir que la estética depende de las habilidades para manipular los alimentos y por supuesto de los conocimientos de técnicas de cocina moderna de los chefs, donde más que impresionar, todo lo que esté dentro de un plato pueda ser degustado.
Las emociones en cocina.
La comida está en gran parte relacionada con el ámbito emocional. Lo que se busca con un buen plato es despertar emociones y sensaciones de placer que generen lazos entre el descubrir nuevas sensaciones y el recuerdo de sabores de la infancia.
Lo de emocionar a través de un plato es todo un desafío; un reto que depende de cómo se combinan entre sí los elementos que componen el plato: la forma, el color, el tamaño, la textura y el alimento.
La combinación de estos elementos de manera estructurada, armónica y limpia consigue transmitir equilibrio, belleza y agrado.
La cocina y el placer de los sentidos son los dos factores que más seducen a la hora de comer. Las sensaciones se convierten en emociones.

Antes de comer, se utiliza la vista y el olfato y mientras comemos el gusto. El cerebro integra todas las sensaciones y las almacena en la memoria, busca datos sobre ciertos platos y preparaciones que relacionamos con esas mismas sensaciones que nos evocan momentos placenteros vividos anteriormente.
Así qué, en mi caso personal, la “Tarta Tatin” de Marie Robert me recuerda la tarta de manzana que me hacía mi abuela, el “Tirami-Choux” de Fabrizio Tesse me recuerda el aroma a café que se desprendía por la mañana en la casa de mis padres.
El emplatado de los postres.
El postre, por ser el último plato presentado en la mesa, es el que dejará en el comensal la mayor impresión sobre la comida en general. Un mal postre por sí solo y con su recuerdo, es capaz de arruinar el trabajo de toda una comida o de encubrirla por si resulta delicioso.
Los postres son los platos que requieren más meticulosidad y precisión en la preparación. Lo más importante es lograr un equilibrio en la composición.
No es fácil conseguir lo que la pastry chef Montse Abellá llama “ruido en la boca”
El perfecto equilibrio entre sabor, textura y temperatura que provocan “ruido” en boca y en la cabeza. El concepto de ruido en la boca es el de jugar con nuestro cerebro y conseguir que este preste verdadera atención a lo que se está comiendo. Para conseguirlo la comida tiene que ser exquisita, pero antes de comerla nuestro cerebro tiene que desear comerla… y esto se consigue solo si el plato es tan atractivo que resulta irresistible.

Cuidar la composición visual, entonces, es tan importante como lograr un buen sabor. Hay conceptos como la perspectiva y la dimensión, los colores y los aromas o la orden de los elementos que necesitan ser estudiados y aplicados para conseguir un postre efecto WOW.
Quédate con esta idea de la composición porque, en el próximo post, iré profundizando en estos conceptos explicando cómo los aplico en mis platos. Entre tanto, me gustaría saber en tu opinión lo que tiene que tener un postre para resultar visualmente irresistible.
¡Te leo!
Me parecen increíble todo lo que haces!!!
Eres una verdadera artista!!!!😘😘
Muchas gracias Iratxe.
Me alegro mucho que te guste.
Son auténticas obras de arte. Exquisito en todos los sentidos.
¡Muchas gracias Nagore!
Espectacular! Para mi, un postre irresistible, son todos los que has mostrado. A parte de todo lo que mencionas para crear un postre así, de requiere un gusto exquisito para el diseño de estas imperdurables obras de arte. Sigue deleitándonos con estas maravillas!
muchas gracias Aran.
Seguiré…
Qué maravilla, me comería todos esos postres la mar de a gusto, entran por lo ojos, que importante es una buena presentación y lo del «ruido» en boca y cabeza me ha encantado.
Gracias Edurne.
lo de ruido en boca es un gran concepto.:)
Comer no es solo el acto de alimentarse, es poder vivir un sinfín de experiencias con cada bocado y tu lo bordas con tus creaciones. Enhorabuena por tu trabajo!!!
¡Eso es verdad!
Comer es una experiencia y tiene que muy placentera en todos los sentidos.
Muchas gracias
La verdad es que no sé lo que tiene que tener un postre pero sé que lo que veo aquí me lo comería todo y sin hacer mucho ruido…jajaja
Espectacular Ale
Con ruido y sin ruido… lo importante es disfrutar de un buen plato y si este antes de comerlo entra bien pro los ojos mejor.
Muchas gracias Inés
Qué estilo y elegancia! Increíble tu estética! Enhorabuena Ale!
Muchas gracias Natalia
Dicho de una gran artista como tu me ilusiona mucho más.
Espectacular estética Ale, pequeñas obras de arte para todos los sentidos, me encantan, enhorabuena !!!!!! Sólo me falta probarlosssss
Gracias Eli, cuanto antes haremos una cata:)
Es súper interesante este artículo sobre food design. Qué bien explicado y qué elegante y sencillo a la vez.
Estoy deseando leer el próximo!
Gracias Laura, pronto llegará la segunda parte.