Repostería y estilismo culinario. Hoy voy a hablar y reflexionar contigo sobre…

¿Te gusta el merengue? Si tu respuesta es sí este post es para ti. Hoy te presento mi versión de la Mandarin Pie: el estilismo culinario permite contar historias.
Un bodegón, en estilo dark mood, con unas tartaletas con mermelada de mandarina y merengue.
La combinación de sabores que te presento es toda harina de mi cosecha.
Una nube blanca de merengue suizo encima de una crujiente tartaleta de masa quebrada donde, en el interior, encuentras una mermelada de mandarina clementina. Una combinación un poco insólita, porque es típico ver en lugar de mermelada de mandarina una Lemon Curd.
El cambio que he hecho, es decir, sustituir la crema de limón con una mermelada de mandarina, ha sido un poco arriesgado. El merengue es bastante dulce y necesita algo con un sabor agrio como el limón para equilibrar. Pero la mermelada de clementina, preparada por mi tía y enviada directamente a Bilbao desde Roma, está hecha sin pectina y sin azúcares añadidos y el sabor es maravillosamente acre.
¡Me encanta! En composición con merengue y tartaleta está de muerte.
Estilismo culinario: Bodegón Mandarin Pie.
Si te pasas por mi perfil de Instagram puedes ver que me encanta fotografiar la comida. He empezado hace un año sin tener mucho conocimiento de fotografía y de estilismo culinario.
Las únicas cosas que tenía cuando comencé eran mi formación como arquitecta y decoradora y mi gran pasión por la repostería. Poco a poco, curso tras curso, experimento tras experimento, foto tras foto, estoy aquí más convencida que nunca de que este es mi camino. Bodegón tras bodegón voy definiendo mi estilo, mis colores, mis formas.
Lo importante creo es tener ojo para la fotografía gastronómica, lo que viene después vendrá solo, poco a poco, prueba tras de prueba.
Se que no lo sé todo sobre estilismo y fotografía, sin ninguna duda tengo todavía mucho que aprender, pero es justo por esto que me resulta una actividad tan estimulante.
El estilismo culinario permite contar historias: Movimiento en la imagen.
El estilismo culinario permite contar una historia, contar algo que está pasando en la imagen. En mis bodegones casi siempre procuro que el hilo conductor sea el desorden natural; esto hace que el estilismo se perciba como algo auténtico, genuino, algo que se está viviendo.
Una mesa donde se termina de cenar, una tarta que se acaba de cortar, una vela que se ha apagado desde unos segundos, una frambuesa que se cae del pastel, unas migas esparcidas, una servilleta de lino dejada encima de la mesa, o también la mano de un niño robando una galleta, o un glaseado que cae encima de un bizcocho. Todo eso da sensación de movimiento y de que algo está ocurriendo o que ha ocurrido hace poco.
Una imagen que habla de la vida cotidiana a través de pequeños gestos.
El bodegón de hoy es el ejemplo de lo que te estoy hablando.
Representa un instantánea de vida.
Creo que las emociones que una buena foto de repostería y de estilismo bien cuidado puede despertar son muchas. Además, es aún más gratificante cuando documento algo hermoso que he creado, jajajaja.
Estoy convencida de que este concepto es algo que tú y yo tenemos en común.
¡Aquí algo está pasando!
Un bote de mermelada, unas tartaletas apiladas listas para ser rellenadas, el merengue esperando ser flambeado, una copa de Ron…
El ambiente está en continuo movimiento, la escena evoluciona, las imágenes están contando una historia. Igual unos amigos reunidos de sobremesa, o una pareja al final de la cena, una abuela preparando la merienda para sus nietos…
Todas estas escenas podrían ser válidas, lo bueno es que es el mismo espectador el que trae su conclusión y fantasea con el desenlace.
¡Ay, el poder de la imaginación!
Nos pueden quitar todo excepto nuestra imaginación.
Si te has quedado con el gusanito de saber más sobre el tema de contar historias con la fotografía a través de la comida, igual te puede interesar leer el post Cómo contar historias alrededor de la comida y el proceso creativo de un plato, donde juntos con los chicos y chicas de la Escuela de Hostelería de Leioa reflexionamos sobre el tema.
Si te has quedado leyendo, y sobre todo si has ojeado mi artículo sobre cómo contar historias, te mereces la receta de este exquisito pastelito.
¡Entra en mi cocina!

Mandarin Pie
Una nube blanca de merengue suizo encima de una crujiente tartaleta de masa quebrada donde, en el interior, encuentras una mermelada de mandarina clementina. Una combinación un poco insólita, porque es típico ver en lugar de mermelada de mandarina una Lemon Curd.
Equipment
- 6 moldes para tartaletas de 10 cm
Ingredientes
- Para la masa quebrada
- 57 gr yemas de huevos
- 1 huevo entero
- 170 gr azúcar blanco
- 250 gr mantequilla
- 400 gr harina floja
- 1 limón rallado (piel)
- Para la mermelada de clementinas
- 1 kg mandarinas clementinas
- 200 gr azúcar panela
- 2 limones (jugo)
- Para el Merengue Suizo
- 100 gr clara de huevo
- 200 gr azúcar blanco
- 50 gr agua
- ½ cucharada jugo limón
- ½ cucharada vinagre blanco
Elaboración paso a paso
- Para el procedimiento de las tartaletas de masa quebrada puedes ver el post Crostatine con mermelada de mandarina. Abajo te dejo el enlace.
- Mermelada de mandarina clementina: Limpia bien las mandarinas, quita la piel y reserva la mitad para utilizar en la receta de la mermelada.
- La receta de hoy requiere una mermelada amarga y la piel de la mandarina le confiere ese toque agrio a la mermelada.
- Reserva la piel de la mandarina, que tiene que estar finita y sin demasiada parte blanca. Córtala en trocitos pequeños.
- Corta los gajos por la mitad y asegúrate que no haya huesos.
- Pon en una cazuela los gajos, el azúcar panela, el zumo de los limones y la piel de la mandarina. Deja cocer unos 15 minutos a fuego medio.
- El líquido empieza a formar una espuma. Es un proceso necesario, pero no te preocupes porque luego se irá absorbiendo.
- Con una batidora tritura la mandarina y la piel hasta que se integren, sin triturar del todo y dejando algunos trozos de piel íntegra. Retira la batidora y deja cocer a fuego lento durante 45 minutos más o hasta obtener la consistencia necesaria. No cubras la cazuela.
- Para comprobar si la mermelada está lista, mi tía tiene un pequeño truco que es congelar previamente un plato, y cuando creas que la mermelada está lista, deja caer un poco de mermelada en el plato frío; si se reafirma la mermelada está lista.
- Para la receta puedes ver el post del merengue suizo que he utilizado en la Lemon Pie, te dejo el enlace abajo.
- Monta la Mandarin Pie
- Vierte parte de la mermelada de mandarina en las tartaletas, recubre con el merengue suizo y con la ayuda de un soplete flambea el merengue.
¡Y a disfrutar!
Puedes ver la receta de las tartaletas en el post de Crostatine con mermelada de mandarina y el merengue en la receta de Lemon Pie.
Estoy convencida que el estilismo culinario permite contar historias… hay miles y miles
¿Y tú, qué imaginas en esta escena? ¿Qué habrá pasado o qué pasará? ¿Cuál es tu historia?
Te leo.
Hola Alessia,
Me encantan tus historias, cada vez que leo un post tuyo me emociono muchísimo.
Yo en este bodegón veo mucha elegancia y amor por los detalles además de un gran dinamismo.
No te escondo que entraría allí y me rellenaría una Mandarine Pie, tienen que estar riquísimas.
Muchas gracias por compartir tus emociones
Madre mía Eva,
Emociones fuertes son que me has dado tu con este comentario
Muchas gracias