Hoy he preparado donuts caseros al horno y ya me he comido…

Los donuts caseros, o ciambelle como los llamamos en Italia, son unas suaves rosquillas aromatizadas con piel de limón que pueden ser fritas u horneadas. Encima van espolvoreadas de azúcar blanco o con azúcar glas.
Los donuts caseros y mis recuerdos veraniegos.
Los donuts, o mejor las llamamos ciambelle, me recuerdan a mi adolescencia. Los veranos pasados en la casa de la playa, cuando mi padre cada mañana salía muy temprano a hacer la compra y nos compraba una para cada uno de los hermanos. Nos llegaban a las manos recién hechas, aún calientes. Han sido mis desayunos por muchos años durante la bella stagione.
Muchas veces nos llevaba con él a comprarlas. Recuerdo todavía que las mejores del pueblo las solía hacer una señora en el garaje de su casa. Tenía armado un obrador en la planta baja, que gestionaba con toda la familia. Una vera e propia cadena de montaje donde desde el más ancian@ al más pequeñ@ contribuían en la preparación.
Un verdadero espectáculo: La elaboración de los donuts.
Yo creo que más o menos habrán pasado 30 años desde entonces y os puedo asegurar que era un espectáculo entrar en el obrador clandestino. Nada más entrar en la lonja nos encontrábamos con cestas llenas de ciambelle recién hechas, una mesa de mármol enorme donde se trabajaba el producto. La dueña, junto con las mujeres más expertas, (hermanas, cuñadas, hijas) se dedicaban a amasar. En aquella época no existían robots o amasadoras al alcance de todos, así que las señoras lo hacían rigurosamente con las manos y la única fuerza de sus brazos. Las niñas se encargaban de cortar la masa y darle forma. Más al fondo estaban las ancianas que se turnaban para freír, y así lo hacían para poder resistir delante de los fogos a las horrorosas temperaturas que pueden llegar a hacer en verano en el sur de Italia. Las más jovencitas se dedicaban a la limpieza y a la venta y los hombres a cortar leña y arrancar los fogones… Eso sí, las enormes sartenes llenas de aceite donde se freían las ciambelle, funcionaban como las antiguas cocinas de hierro fundido que solo andaban con leña de castaño y olivo. Mientras los niños y los chicos de la familia recorrían por arriba y por abajo todas las playas para vender miles y miles de ciambelle a todos los veraneantes.
Un verdadero obrador familiar que, a día de hoy y con las leyes de sanidad que tenemos, sería impensable encontrar.
El poder de los recuerdos.
Cuando en verano voy a la casa de la playa para pasar unos días con mis padres, solemos comprar le ciambelle pero lo hacemos en un obrador moderno y el sabor, a mi pesar, ya no es el mismo.
Mis hijos adoran los donuts y es verdaderamente una pena no poderle enseñar como se hacían artesanalmente hace unos años. La verdad es que es una pena perder poco a poco estas grandes tradiciones que nos han acompañado en nuestra adolescencia.
Por suerte, de momento, todavía nos quedan los recuerdos.
Hoy te voy a dar esta fantástica receta de donuts caseros y ,aunque no sea la misma cosa, a mi me recuerda aquellos tiempos donde todo era maravilloso.
¡Así que, entra en mi cocina!
Receta de donuts caseros
- 300 gr de harina Manitoba o harina de fuerza
- 300 gr de harina normal
- 1 yogur blanco
- 200 ml de leche
- 120 de azúcar
- 80 gr de aceite de girasol
- 25 gr de levadura fresca
- piel rallada de limón
- Aceite de girasol para freír
- azúcar para decorar
Junta las harinas y el azúcar en un bol. Aparte calienta la leche hasta que esté templada. Disuelve la levadura en la leche, añade el yogur, el aceite y la piel de limón. Mezcla todo bien. Poco a poco añade las harinas y el azúcar en el bol de la leche hasta obtener una masa que puedas trabajar con las manos. Vierte el compuesto en el piano de trabajo y amasa hasta que el compuesto resulte blandito. Ponlo en un bol haz unos cortes en forma de cruz encima y cúbrelo con film transparente durante 90 minutos y hasta que haya doblado su tamaño. Una vez pasado este tiempo, extiéndelo con un rodillo encima de un piano de trabajo hasta obtener un espesor de 1.5 cm. Corta las rosquillas con un cortapastas de 8 cm en el centro con un aro más pequeño. Deja descansar las rosquillas durante 20 min cubiertas con un trapo limpio antes de freírlas en aceite de girasol. Cuando las rosquillas estén doradas estarán listas. Escúrrelas y ponlas, cuando todavía estén calientes, en el azúcar.
¡Y a disfrutar!
Consejos útiles
- Puedes utilizar levadura seca pero en este caso necesitarás entre 7 y 9 gramos.
- En el momento de amasar intenta estirar con las palmas de las manos cuanto más posible esto hará que la masa sea más suave
- Corta unos cuadrados de papel vegetal, pon a descansar encima las rosquillas antes de freírlas y, en el momento de freír, ponlas en la sartén con el papel incluido; este se retirará al ponerse en contacto con el aceite caliente (verás que se despegará súper rápido). Esto hará más fácil que las rosquillas no se deformen al momento de sacarlas del papel para freírlas.
Esto es todo.
Si te gustan los postres con levadura fresca y harina Manitoba te dejo dos recetas riquísimas: Pan de nata y pan brioche.
ciao ciao
Esta entrada tiene 0 comentarios